domingo, febrero 15, 2009

Escribo por Venezuela

Han leido bien, un título un poco extraño
sobre todo en esta fecha, no es nada común
leer en mi blog algo que no tenga que ver
con mi sentir, con algo personal.

Pero es así, es totalmente personal esto
que siento, no he escrito jamás sobre política
en este blog, y no comenzaré ahora por más
visceral que me encuentre, pero algo sí haré,
escribiré lo que siento.

Debería estar escribiendo el post del 14 de Febrero,
hablando de amores o desamores, o tan sólo
deseándoles un buen fin de semana y ojalá
que aquellos que lo celebran lo pasaran muy bien,
pero... no es lo que viene a mi mente y no me sale.



Corría el año 1998, estudiaba yo octavo grado,
y contaba con la edad que se espera de cualquier chico
promedio en ese escalón académico, pronto serían
las elecciones presidenciales y por primera vez
en mi desinteresada vida me preocupé por saber
"con qué se comía" un presidente, para aquél entonces
no era tan amplio mi acceso a internet por lo que
investigar se limitaba a preguntas discretas de
niño entrometido y libros de historia viejos y mal estudiados.

Nada sencillo logré entender que un presidente
debe servir al país y todos sus ciudadanos sin
importar su posición, status, religión ni tolda política,
un concepto un tanto difícil de comprender
tomando en cuenta que, era un joven que estuvo al
margen de cualquier tipo de noticia que involucre
su país, o aún, de su entorno familiar hasta
ese entonces.

Mi reacción aún la recuerdo bien, aún la revivo
cuando días así suceden, era repugnancia, rabia
e impotencia, todo mezclado en una patada al
estómago, un gancho a la quijada y nauseas,
después de haber leido y querido comprender
más allá de la nota aprobatoria en asignaturas
como historia de venezuela, lo que significa la
democracia y habiendo tanteado uno que otro
sistema de gobierno, no cabía en mi mente,
y aún no cabe, cómo un ex-militar, pasado
miembro de un intento de golpe confeso y
preso, podía siquiera permitirsele ser candidato
a la presidencia, más aún que el ciudadano
promedio lo alentara, los medios le dieran
tanta importancia, los políticos le rindieran
culto, y crearan de él, tal marca comercial.
Esta marca nos debimos haber dado cuenta,
que ya estaba viva desde que en pasados febreros
vieramos como madres orgullosas vestian
a sus hijos de "chavecitos" para carnaval,
mientras que otros aún decidían optar por el
clásico inmortal Zorro.
Aún mi cabeza no entendía,
aún mi cabeza no lo entiende,
y aún siento las mismas nauseas cada vez,
que por cualquier acto de circo este jefe de estado
dicta alguna orden, o gana alguna elección.

Recuerdo bien cómo cambió todo,
para aquella época, no era amigo de todos,
pero era dificil que pudiera decir que tenia enemigos,
mis preocupaciones más importantes eran
hacer alguna tarea, terminar algun trabajo,
hacer lo imposible por no ser quien expusiera
en frente la clase y alguna que otra falda
que me sonrojara y convirtiera en un pequeño
ratoncillo timido... Tiempos aquellos!
Aún sigo siendo ese ratoncito tímido, pero al menos
no me quedo parado esperando ser reconocido.
Recuerdo que las disputas más graves entre chicos,
al menos los de mi edad, los de mi curso,
podía haber sido cuál era el mejor equipo de baseball,
quién anotaría más goles en el próximo
encuentro de fútbol, o quizás quién tenía el reloj
digital con mejores funciones, niñerías.
En espacio de un año pasamos de ser compañeros
a algo parecido a enemigos. Las "bromas" dejaron
de ser respecto a qué tan mal estudiante eras,
que tan nerd podias parecer, que tan tonto parecias,
o cuan horrible había sido la estupidez de turno en clase,
convirtiendose en frases como "claro, porque tu eres oligarca",
"claro, como tu papá tiene plata",
"porque yo soy pobre y tú eres rico", algo que personalmente
estudiando en donde estudie por mucho tiempo
si sucedía, claro está, siempre ha sucedido, mas no como
el pan de cada día, pasó de ser cuidarse al salir del colegio
de no andar con el reloj puesto, ni cadenas por los posibles
malandros a cuidarse dentro del mismo colegio pues no serían
malandros sino tus propios compañeros los que te podían
hacer sentir amenazado, escudados detrás de la frase "oligarca"
y afines. Preocupante, quién lo diría?, dejar de ser odiado
por ser caraquista y "gritar leeeeo leeeeeeo leeeeeeo" tan
solo por diversión al día siguiente que tu equipo ganara, a
ser visto de reojo y mala cara porque llegabas en auto nuevo
a clase, -el auto que tu padre después de tantos años de trabajo
le costó poder tener-, o de tener cuidado de no decir nada "oligarca"
para no tener que dar explicaciones luego, sutilezas que pudieran
decirse "cosas de chicos"... no, no era así.
Situaciones que no me gusta recordar.

Lo recuerdo bien, la primera vez que me quedé sentado
en la noche frente al televisor esperando las noticias
informaran los resultados, y al saberlos casi llorar,
pensando cómo?, Cómo puede ser que este personaje sea presidente?

No hablaré de hoy, ni de mañana, sinceramente no tengo la
más remota idea de que me depara el mañana,
mucho menos al país, una gota de esperanza en mí quisiera
decir que todo estará bien, y que esto es pasajero,
pero ya han sido 10 años de nauseas diciendo lo mismo,
10 años de ver ir e ir a elecciones, para salir siempre decepcionado
de los resutlados aunque mis opciones o deseos se cumplieran,
10 años de esperar que los que pueden hagan algo para detener
ese tren que profesa revolución y solo trae división
sembrando rabia entre sus adeptos y forzando a sus
opositores a elegir entre irse o vivir en constante molestia
por no decir acoso de su roja rojita visión de país.

Está tan atrasado mi país, tantas décadas después,
de que los ideales corruptos, decadentes y obsoletos
de revoluciones anteriormente derrotadas por el sentido
común y la conciencia colectiva del mundo, ahora es que
viven, y viven fuerte, y se extiende por latinoamérica,
y me hace pensar, que no hay rincón al que pueda mirar
sin ver una estrellita roja, una bufanda o un tatuaje
en donde no esté el rostro, el petróleo, los dolares, las muertes
las estrategias o la demoníaca verruga del jefe de estado.

Sí, lo reconozco, "Chávez nos tiene locos" es la frase que
mejor exlpica lo que acabo de decir.

Escribo por tí Venezuela, por tu futuro, porque sobrevivas,
siento mucho no haber podido ayudarte como lo hubiese
querido con mis esfuerzos, siento mucho ser un mortal más
y que mis esperanzas no sean suficientes.
Escribo por tus sueños, porque los míos pensando en tí cada
año que pasa dejan de ser opciones posibles, comienzan
a parecer ilusiones y fantasías de un niño que aún no comprende
cómo se mueve el mundo.

Escribo por tí Venezuela, por esa en la que nací,
por esa a la que quisiera volver a pisar, por tí,
porque por mí, estás letras no importarían.

Pp.

2 comentarios:

Valeria Elías dijo...

sin palabras, el mundo está loco y nosotros quedamos dentro de él... Querido hermano venzolano, espero que todo sea para mejor en esta situación que les toca afrontar... desde acá mi apoyo... besos

LiterataRoja dijo...

pase por aqui despues de mucho tiempo de ausencia...
me encanto lo que lei!!

volvere.
Besos